Ser pionero en cualquier materia, salvo honrosas excepciones, suele
resultar una ardua tarea repleta de obstáculos y críticas. En nuestro
caso, y en un ambiente tan cerrado y estricto como fue el de la España
decimonónica, alzarte como defensor del darwinismo significaba poco menos que una afrenta directa a las clases dominantes y al poder eclesiástico.
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¿Cómo llegó el darwinismo a España? 03. Los introductores – Chil y Naranjo
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