Dejamos al Beagle y a sus ocupantes
cuando por fin se adentraron en el Océano Pacífico a mediados de 1834.
Para el 23 de julio la expedición había llegado a la ciudad chilena de
Valparaíso, donde Darwin se encontró con un amigo del colegio, Richard
Corfield, quien lo invitó a pasar unos días en su casa. Fitzroy
necesitaba varias semanas para hacer reparaciones al Beagle, tiempo que
el científico en ciernes aprovechó para llevar a cabo varias
expediciones explorando los Andes, tres en total, en verano de 1834, e
invierno y primavera de 1835. El 19 de julio la misión soltó anclas en
el puerto de Callao, a las afueras de Lima, donde Fitzroy se dedicó a
reunir los pertrechos para el planeado cruce del pacífico. A principios
de septiembre, el Beagle partió del Perú con destino a las Islas
Galápagos. Darwin apuntó en su diario, “Ansioso por ver las Islas Galápagos – creo que tanto la geología como la zoología serán muy interesantes.”
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Darwin no tuvo su momento ¡Eureka! en las Galápagos .
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