Hace unas semanas inicié una serie de artículos bajo la idea de que,
debido al progreso humano, hemos tenido que pagar algún precio por las
cosas que tenemos. En el artículo anterior especulé sobre el papel que
tiene la experiencia en la actualidad debido a la elevada velocidad de
avance tecnológico y científico, pero esta semana quiero hablaros de un
tema que mi amigo Julián Chaves —que además es otro de los editores de
ULÛM— trató en su magnífica saga de artículos titulados Homo problematicus: la
degradación del medio ambiente [1]. Y como me gusta relacionarlo todo
con cosas que a primera vista no tienen nada que ver he decidido
mezclarlo con mi tema de conversación favorito: yo.
link:
El precio del progreso: "hijo, yo al menos reciclaba".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se bienvenido y comenta! recuerda, se respetuoso y no insultes o los comentarios seran eliminados.