Los alimentos funcionales,
aquellos a los que se les ha agregado algún compuesto que teóricamente
aporta algún posible beneficio añadido para la salud, invaden los
supermercados. Pero, como explico en "La Guerra Contra el Sobrepeso",
la verdad es que sobre todo son un buen negocio, sostenido sobre un
castillo de naipes de promesas sin demostrar. Como también cuento en el
libro, la normativa actual sobre este tipo de productos es un coladero
que permite a las empresas alimentarias poner en el mercado productos
caros, muy rentables y acompañados de afirmaciones de efectos sobre la
salud más que discutibles. Si prefieren leer la situación de forma
resumida, pueden recurrir a un artículo del bioquímico José Manuel López
Nicolás que la describe bastante bien, "El reglamento europeo que ha acabado con la investigación, el desarrollo y la innovación en la industria alimentaria".
link:
Los alimentos funcionales o fortificados pueden ser contraproducentes
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se bienvenido y comenta! recuerda, se respetuoso y no insultes o los comentarios seran eliminados.