El invierno de este año está siendo tan atípico que meteorológicamente
ni siquiera cabe llamarlo invierno. Esta es la percepción que tenemos la
mayoría, al menos. Cuando ya nos aproximamos a la Candelaria
y a la celebración de la víspera de Santa Águeda, casi en la mitad del
invierno astronómico, no hemos sufrido aún verdaderos temporales. Los
vientos del sur son el meteoro dominante en el Norte de la Península
Ibérica y de esa forma, las temperaturas permanecen templadas y llueve
muy poco.
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Osos que no hibernan
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