La memoria del Muro de Berlín (y del agua de Lourdes)
Los
 días siguientes a la caída del Muro de Berlín en noviembre de 1989 
fueron de actividad frenética por parte de los habitantes de uno y otro 
lado del mismo, en un intento de demoler, con cualquier herramienta que 
tuvieran a mano, esa barrera que había marcado una parte importante de 
sus vidas. Pero los trozos del Muro acabaron siendo un icono de nuevos 
tiempos y, quien más quien menos, se quedó con algún pedazo mientras 
otros empezaron a negociar con ellos. Pero lo que era difícil de 
imaginar entonces es que a algunas empresas dedicadas a la 
comercialización de preparados homeopáticos se les ocurriera la feliz 
idea de utilizar trozos de ese Muro como "medicina".
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