Hay, ha habido y hasta el final de los
días, siempre habrá delincuentes, aquí y en China, y en París. No hace
mucho publiqué un artículo sobre la Torre Eiffel,
y ya entonces me acordé de la historia que me propongo relataros hoy
sobre un hombre, un pillo bien entrenado, que vendió ese monumento al
menos una vez, y lo intentó en una segunda ocasión, que sepamos, porque
es muy posible que lo haya logrado e intentado alguna otra. Se trata de
Víctor Lustig, un hombre nacido el 4 de enero de 1890 en un pueblo del
aquel entonces Imperio Austro-Húngaro, hoy Arnau, en la República Checa.
Desconocemos los avatares de su infancia y juventud, al menos hasta
poco antes de la Primera Guerra Mundial, cuando ya iniciada su carrera
de caco se embarcaba en cruceros transatlánticos donde robaba a ingenuos
e ingenuas, y fue detenido en al menos 40 ocasiones antes de cumplir
los 30 años.
link:
El “gracioso” que vendió la Torre Eiffel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se bienvenido y comenta! recuerda, se respetuoso y no insultes o los comentarios seran eliminados.