En las domus romanas las ventanas eran muy pequeñas para evitar tanto la
incursión de los ladrones como para evitar el ruido de la calle. Sus
amplios patios interiores servían a la vez para iluminar y airear las
estancias de la casa así como protegerlas de las inclemencias del
tiempo. Será en la época de Augusto cuando se empezarán a construir
ventanas con un cristal conocido actualmente como espejillo, el lapis specularis, un yeso traslúcido que era extraído de las minas de Segóbriga en Hispania.
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Lapis specularis, el cristal del Imperio
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