La guerra saca lo peor y lo mejor de cada uno de nosotros, esto es algo
que podemos comprobar en muchas de las batallas libradas por el hombre.
Odio, rencor, venganza, muerte, miseria y sinrazón, pero también
compasión, añoranza, fortaleza y compañerismo. Yo, al igual que hace ya
un tiempo hizo Jesús G. Barcala en su blog cienciahistorica.com, no pude resistirme a dedicar un artículo a una de las anécdotas de la Primera Guerra Mundial
más contadas en Navidad. Sí, hoy no es 25 de diciembre, pero qué mas
da. De lo que se trata es de mostrar esos sentimientos que el ser humano
tiene en su interior y que afloran en medio de la barbarie.
link:
“Gente normal, buena gente tal vez”
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