Dicen que las palabras se las lleva el viento, y puede ser que el viento
se lleve muchas otras cosas, tangibles y metafóricas. Pero el viento no
solo nos aleja cosas, también nos trae otras tantas, algunas tan
maravillosas como la laurisilva canaria, la cual salpica con su
frondoso verdor las empinadas laderas volcánicas del norte de las islas.
Con su constancia casi perpetua estos vientos consiguen crear ambientes
casi selváticos a dos pasos del inmenso Sáhara, dejando que este se
instale en aquellos lugares donde los alisios no existen, creando
paisajes de inversa naturaleza pero de igual belleza. Después de pasar
las vacaciones en Canarias, vengo enamorado de una tierra que constituye
un auténtico mundo aparte, un paraíso natural cuyos entresijos
ambientales merecen salir a la palestra de esta, nuestra humilde pero
orgullosa plataforma. Desiertos y humedales compartiendo dos palmos de
tierra.
link:
Lo que el viento nos trajo. Alisio canario
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