busqueda de articulos

lunes, 19 de septiembre de 2016

Un parroquiano poco conocido (I)

Todos hemos estado en un bar alguna vez. Al menos, todos los que hemos tenido la suerte (o la desgracia, según se vea) de crecer en un pueblo o de pasar los tres meses de verano en él. Sí, ya sabéis, uno de esos pueblos en los que apenas hay un bar (o dos, si el pueblo tiene mucha suerte). Normalmente, en esos bares, durante las horas más cálidas, apenas están los chavales, que se refugian donde pueden de la calorina, mientras intentan aprender a jugar al mus o al tute poniendo en práctica, tímidamente, sus primeras artes. Cuando la tarde avanza y se puede jugar al frontenis o pasear en bicicleta sin sufrir un síncope, la clientela cambia, los padres y abuelos van sustituyendo a los hijos y nietos en las mesas con los tapetes verdes, las gastadas barajas, los amarracos y los tanteros de madera.

link:
 Un parroquiano poco conocido (I)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se bienvenido y comenta! recuerda, se respetuoso y no insultes o los comentarios seran eliminados.