Hace una docena de años, conocí en
tenerife a una pareja muy singular. Ella era por lo visto heredera de
uno de los hombres más ricos de la India, estudiante de antropología y
una gran juerguista. Él, un alemán mucho más tranquilo, pero también
forrado, jubilado y disfrutando de la vida antes de cumplir los 40. Yo
estaba de vacaciones, ellos, porque unos días antes su velero había
naufragado en las costas de África a unos 200 kilómetros al sur de las Islas
Canarias. No parecían muy preocupados por la pérdida, y me contaron con
lujo de detalle lo que había sucedido. Más me llamó la atención un
relato colateral que ella nos hizo sobre un evento con grandes y graves
consecuencias.
link:
Gil Eanes, el hombre que, sin querer, abrió África al comercio masivo de esclavos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se bienvenido y comenta! recuerda, se respetuoso y no insultes o los comentarios seran eliminados.