La física cuántica predice que dos electrones pueden entrelazarse de tal
modo que el espín de cada electrón es totalmente desconocido, pero los
dos están vinculados y dependen el uno del otro. Si se mide el espín de
un electrón y se observa hacia arriba, se sabrá al instante que el otro
electrón tiene el espín hacia abajo, incluso si está en otra galaxia.
Esta “espeluznante acción a distancia” fue algo que detestaba Einstein
pues parecía violar su teoría de la relatividad. En 1964 John Bell
encontró una forma de ponerla a prueba. Desde la década de 1970 se ha
confirmado este fenómeno cuántico, pero siempre con algunos “resquicios”
(loopholes). Se publica en Nature una prueba de la
idea de Bell sin ningún “resquicio” en una distancia de 1,28 kilómetros.
Lo siento por Einstein, pero la Naturaleza es así.
link:
Francis en #rosavientos: La espeluznante acción a distancia que detestaba Einstein
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