A
pesar de que mi admirado Oliver Sacks falleció hace ya unos meses estoy
convencido de que la historia que os traigo hoy le hubiera fascinado y
podría tener un hueco en cualquiera de sus geniales libros de
neurociencia.
El
caso comienza en 2012 cuando Ben McMahon, un joven australiano que en
aquel momento tenía 21 años, sufrió un grave accidente de coche que le
dejó en coma durante algo más de una semana.link:
El australiano que despertó de un coma hablando chino mandarín
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